Viejas emprendedoras: pioneras y olvidadas

Isa Calderón
5 min readJun 1, 2021

Hace un tiempo después de publicar uno de mis posts, hablaba con una amiga sobre el liderazgo de las mujeres, sobre emprendedoras que habían creado su empresa y cómo las manejaban y nos surgió la pregunta de ¿cómo es el emprendimiento femenino?, hacia que direcciones va o que tipo de características diferenciadores tiene. Hicimos una búsqueda, la cantidad de libros publicados sobre emprendimiento en su mayoría son escritos por hombres y, si bien, las reglas del mercado son las mismas para hombres y mujeres, existe una interrogante sobre lo que se espera del liderazgo femenino, con un equipo. Cuando se habla de liderazgo femenino normalmente los lugares comunes se hacen presentes, como la expectativa de una actitud más maternal que estratégica. Pero ¿es realmente así? Necesitamos revisar la historia, conocer empresarias, sus tácticas, sus estrategias, sus libros de emprendimiento, Sin embargo, como hemos dicho la gran cantidad de libros de emprendimiento e innovación son escritos por los estereotipos de poder cultural: hombres en su mayoría blancos, donde se relata sus hazañas biográficas de quienes pasaron a tener un lugar en el estante y registro de la historia económica y empresarial.

Cuando pensaba sobre un referente femenino se me venía a la mente Coco Chanel, quien construyó una empresa de moda en los años 20, y tiempo antes indagaba y pensaba que no habría otro referente por la difícil y limitada vida de las mujeres en aquellas épocas. Donde sus posibilidades y libertades económicas eran privadas como lo narra Virginia Wolf en el escrito Un cuarto propio:

Inutil interrogar lo que habría pasado si Mrs Seton y su madre y la madre de ella hubieran acumulado tesoros para dotar colegios y bibliotecas, porque, en primer lugar, era imposible que ganaran dinero y, en segundo, aunque hubiera sido posible, la ley les ganaba el derecho de poseer el dinero que pudieran ganar. Sólo hace cuarenta y ocho años que Mrs. Seton tiene un centavo. Porque todos los años anteriores hubiera sido propiedad de su marido.

Ante la escena que narra Virginia donde no había derecho de libertad económica pensé que era imposible que existiera otro referente femenino más temprano en la historia.

Todas estas inquietudes vienen desarrollándose para encontrar una respuesta con el diálogo que ando teniendo desde hace poco que comencé un diplomado en moda dictado por la Universidad San Judas Tadeo en cual asisto vía online. Una de las cosas que me he encontrado estudiando sobre la moda es que esta no solo ha servido como vehículo para la liberación del cuerpo, sino también ha sido propiciadora y medio para la liberación económica femenina, dató que a mí me llamó la atención puesto que cuando pensaba en diseñadores famosos además de Chanel, solo se venía a la mente diseñadores masculinos como Christian Dior, Calvin Kein, Giorgio Armani y otros nombres dentro de la industria.

Una de las clases me hizo cambiar de opinión. En un modulo del diplomado dictado y moderado por el profesor Willy, como le decimos nosotras, quien hizo un desarrollo histórico de la vestimenta y la participación femenina me dejó fascinada por todo lo que nos contó y ahora procederé a contarles a ustedes a modo de chisme, como nos gusta enterarnos de las cosas, a falta de mi experiencia historica y bibliográfica. Y como buena chismosa que soy, prometo especular solo un poco este relato.

Resulta que en Francia a finales del siglo XIX antes que existiera el arte fotográfico, la moda se distribuyó a través de ilustraciones pintadas a mano, que daban detalles de las prendas diseñadas que se estaban usando en París. Estas ilustraciones se esparcieron por toda Europa e incluso llegaron a Estados Unidos. Era un mercado próspero y pujante. En 1863, cinco hermanas, hijas del pintor Alexandre-Marie Colin, estructuraron una empresa que se encargó de fabricar y pintar estos figurines que luego se vendían a las revistas de moda del momento.

El profesor Willy nos comentó que además era una empresa con bastantes empleadas, (no recuerdo el numero exacto, pero sí recuerdo que eran más de 500), esto era poco usual para las empresas de la época, y además la mayoría o todo el conjunto de empleados eran trabajadoras. Estas hermanas implementaron estratégicamente una línea de producción para las ilustraciones, donde cada empleada contaba con un color diferente hasta completar el coloreado completo. ¿me van entendiendo por donde voy? Esto fue 40 años antes de que Henry Ford implementará la producción en linea en su fábrica de vehículos y fuera un método fundamental del crecimiento industrial en el siglo 20. Indudablemente me quedé pensando ¿Porqué no conocemos de ellas?… si era una empresa importante…¿Ford habría oído de estas mujeres o visto esta técnica? Y la mejor, ¿se habrá visto influenciado o apropiado de esta?.

Journal des Femmes, ca. 1850, Pl. 1628

Otra de mis inquietudes era conocer el contexto que las llevó a emprender y encontré la historia de Adele-Anaïs Colin Toudouze, una de las cinco hermanas, pintora, que quedó viuda al cuidado de tres hijos pequeños, por lo cual volcó su técnica artística al servicio de aquello que generará ingresos para el sustento de su familia, algo que me parece una constante en los emprendimientos femeninos.

A pesar de no tener tantos detalles sobre mis especulaciones ni de los procesos y cruces de estos dos sucesos históricos, no podía dejar de contarles esta historia que tanto me impresionó y emocionó. Queda de tarea averiguar cómo estas mujeres llevaron su empresa, y como era la toma de decisiones económicas y empresariales y para ello habrá que escudriñar en el pasado. De momento, solo queda imaginar cómo habrá sido ser mujer, empresaria y madre en 1863. Y pensar en la posibilidad circunstancial de que Henry Ford se apropiara de esta técnica al haberla conocido o oído sobre el funcionamiento en línea de esta empresa conveniente para su proyecto automovilístico que además lo llevó al reconocimiento histórico por su inovación, habría una injusticia historica una vez más de no reconocer los aportes femeninos; y en caso de que no, habrá que pensar sobre los guiños y presentes iniciales de esta factorización que dió una manera diferente de entender el mercado. Que la justicia haga rostro a las inteligencias femeninas que están tan ausentes en nuestro catálogos de referentes humanos necesarios.

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